“(…) En términos generales, el paisaje es una representación del espacio natural desde la perspectiva de un observador ideal, pero en consecuencia puede ser entendido también como una codificación de la distancia y una representación de la lejanía. Representar un paisaje implica tomar distancia ante las cosas. En el paisaje todo está lejos, aunque se encuentre en un primer plano. De hecho las monjas encajan en el paisaje porque han sido fotografiadas desde la distancia. En estas fotografías la distancia es un elemento estético y simbólico que nos remite tanto a la lejanía en que habitan estas mujeres, como a la posición en que se ubica la fotógrafa respecto a los sujetos. Al final las monjas, aunque fotografiadas, permanecen intactas. Diríase que han sido solamente tocadas por la luz con brevedad y discreción. El enunciado “monjas en el paisaje” también se origina en una necesidad de sobriedad. Me parece que una parquedad en la descripción es congruente con la sobriedad de la representación. Creo que ante la sencillez de estas escenas el discurso debe replegarse un poco. Por cierto, cada vez aprecio más en el trabajo de Sonia Cunliffe esos resultados que logra, sobre todo con la fotografía en blanco y negro, que invitan a concentrarse en el objeto fotográfico como un hecho estético en sí mismo. (…)”

JUAN ANTONIO MOLINA