En esta serie de fotografías intervenidas, que combinan con acierto intuición, percepción y diversos acentos expresivos, Cunliffe articula la memoria de dos descubrimientos, dos experiencias que la obsesionaran cuando era una niña y veía a su madre atesorar fotografías y confeccionar vestidos utilizando moldes de costura: el hechizo de la fotografía en sus primeros años de existencia, y la magia de reinventar nuestro aspecto personal, dos bellas formas de sacar conejos de un sombrero.
FERNANDO AMPUERO